martes, 12 de abril de 2011

El duro camino de la ciencia en un mundo controlado por demonios


“Si bien yo amo la ciencia, tengo el sentimiento de que se opone de tal forma a la historia y a la tradición que no puede ser absorbida por nuestra civilización. Podría ser que los horrores políticos y militares de los que he sido testigo durante mi vida no sean el síntoma de una debilidad social pasajera, sino la consecuencia necesaria del progreso de la ciencia - la cual es, en si misma, uno de los más altos logros intelectuales del hombre”

Max Born, premio Nóbel de física. 1965

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