jueves, 14 de abril de 2011

Enrique Ubieta Gómez

"Un revolucionario no se conforma con podar las ramas más visibles del problema, busca las razones últimas, descubre la raíz, e intenta soluciones auténticas.  En ese sentido es un radical. Es exactamente lo contrario a un reformista.

No se lucha por los pobres porque así lo dice una teoría o un libro; se lucha contra las injusticias, ocurran donde ocurran, porque es una necesidad ética. Las teorías explican las razones de las injusticias y las posibles soluciones, y pueden equivocarse y mejorarse, pero un revolucionario no se equivoca a la hora de tomar partido por los explotados.

¿cómo reproduces los valores del socialismo en un mundo culturalmente dominado por valores capitalistas?, ¿cómo estimulas el interés individual, el que la propia Revolución creó en los jóvenes, sin que se convierta en individualista?,  en un mundo en el que los medios audio-visuales (las películas, las telenovelas, los videos musicales) incentivan por lo general el consumismo, ¿cómo conduces la realización del individuo hacia metas profesionales o laborales, de creación, que exijan de él lo mejor, en su bien y en el de la sociedad?

Nuestros padres hicieron una Revolución para solucionar grandes problemas colectivos que impedían la realización individual de todos y cada uno de los cubanos: la Revolución que toca ahora es la de hacer que cada interés personal sea un interés colectivo (y no al revés) e impedir, legal y moralmente, que pueda convertirse en un interés individualista. Hay que intentarlo, aunque ninguna sociedad lo ha logrado aún.

Cuba sabe navegar a contracorriente. Cuando otras embarcaciones naufragaron, la nuestra prosiguió su viaje. A veces las contracorrientes marinas son las que en realidad establecen el movimiento de los océanos. Pero no es una elección premeditada, llegará el día en que la Humanidad tomará el camino de la Revolución y del socialismo. Entonces Cuba, y por supuesto yo, viviremos en la corriente."

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