"...estoy condenado a cegar y morir en la prisión, mas prefiero esto, que volver la espalda a los trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas al precio de mi vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizás inscriban en mi tumba: "Aquí yace un soñador", y mis enemigos: "Aquí yace un loco". Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción "Aquí yace un cobarde y un traidor a sus ideas".
Menos de 2 años después de la escritura de estas líneas, el 22 de Noviembre de 1922, Ricardo Flores Magon murió completamente ciego en la prisión de Leavenworth, Kansas, Estados Unidos.
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