La religión que usted sigue es el resultado en gran parte de los decretos de un emperador romano (Constantino) que poco le importaba la religión que estaba ayudando a formar. Y el dios Jehová (o Yahvé, en la forma original) que usted adora es el descendiente directo de divinidades filisteas y babilónicas que sus escrituras ahora difaman. Fingir que eso no es verdad es cometer el mismo error que la Iglesia Católica cometió con Galileo. Usted acabará pasando por idiota exactamente como lo fue la Iglesia Católica.
Scott Bidstrup
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