La más excelente y divina sabiduría consiste en tener conocidas y previstas todas las cosas humanas, no admirándose cuando acontezcan y no creyendo que algo puede dejar de suceder-ingratitudes, enfermedades, adversidades-, aunque todavía no hayan sucedido.
Si se piensa que los males son comunes y pueden suceder siempre, no le sorprenderá nada de nuevas y otorgará ganancia todo bien que no esperaba.
Cicerón
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