Muchas coincidencias entre Mouriño y Blake. Los dos tenían serios problemas mentales, ¿por qué?, pues quién, con la mente sana, puede trabajar en el gobierno de un simulacro de hombre como Felipe Calderón.
¿Y si fueron aéreos suicidios, actos de verdadero y patriotico honor, actos de iluminación pura?
¿Y si Mouriño, como Blake, tiraron sus máquinas deliberadamente?
La posibilidad existe, y es fuerte, como el México fuerte que dice construir Calderón.
Si yo, si yo trabajara para Calderón, me daría uno o los balazos que fueran necesarios para terminar con mi desgraciada vida. Mouriño y Blake, menos valientes, o más valientes, no sé, prefirieron dejar caerse desde sus necias nubes.
Los dos murieron, y yo, como no soy antropocentrista, y soy un ser pensante, sé que México se quedó sin dos bestias humanas. México ganó un poquito, está menos sucio, menos panista, menos fascista. Falta quedarnos sin Calderón, sin Salinas de Gortari, sin Slim, sin Zedillo, sin Loret de Mola, sin Javier Alatorre, sin Lolita Ayala, sin Feriz de Con, sin Leo Zuckermann, sin Salinas Pliego, etc.
Peritos forenses y peritas, peros y peras, fraudulento y analfabeta Calderón, no busquen más, esas dos muertes, fueron sobrenaturales iluminaciones de la conciencia, Juan Camilo y Blake, vieron sus errores y las consecuencias de vivir siendo farsantes, y, decidieron hacernos un bien. Bienaventurados sean los que se hacen el harakiri.
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